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Entrevistas

29/05/2006


"Con un objetivo como lograr cambiar el Gobierno foral, el acuerdo en Nafarroa Bai será rapidísimo"

Diario de Noticias





José Ángel Agirrebengoa nos acoge en su despacho de la sede del PNV de Navarra, decorado con motivos nacionalistas y símbolos del partido, incluido un retrato del lehendakari Ibarretxe.

¿Qué valoración hace del anuncio del presidente Zapatero sobre el inicio del diálogo con ETA?

Fueron unas declaraciones escenificadas en un acto partidista que poco aportaron a lo ya conocido. En cualquier caso, quiero recalcar que para nosotros la puesta en marcha de un diálogo político resolutivo para la normalización sólo es posible en un contexto de no violencia y de no exclusión.

¿Cómo cree que se están dando los primeros pasos hacia la paz?

Creo que vamos caminando según lo previsto y espero que, después de que el presidente Rodríguez Zapatero acuda en junio al Congreso, se inicie un proceso entre Gobierno y ETA en el que acuerden lo que tienen que acordar, sobre todo el cese definitivo de la violencia. Y no podemos obviar que existen aún expresiones de violencia que deben desaparecer, y ETA y Batasuna deben ejercer su liderazgo en ese campo para impedir que esos sucesos vuelvan a repetirse.

Pero ETA también exponía en la entrevista una serie de reivindicaciones, sobre la territorialidad, por ejemplo, que en principio no le corresponde plantearlas, sino a los partidos.

Es evidente que lo decía, pero no es menos cierto que ETA ha refrendado la Declaración de Anoeta, donde se especificaba claramente que habría dos mesas, una de pacificación para hablar exclusivamente de unos temas que incumben a la organización armada y al Estado, como pueden ser el tema de los presos, de la entrega de las armas y poco más. ETA no es un actor político, no se le puede reconocer ninguna capacidad de interlocución política. La otra mesa sería la del proceso de normalización y en ella se sentarían los partidos políticos. Todos estamos interpretando lo dicho por ETA como unas declaraciones para el consumo interno del MLNV, y se me antoja que tras un alto el fuego la gestión interna que tiene que realizar será difícil. En esas claves tenemos que entender las declaraciones, pero por nuestra parte vamos a rechazar en todo momento la tutela de una organización armada al proceso de normalización que tiene como actores a los partidos políticos.

La semana pasada tuvo lugar en Pamplona una manifestación para pedir el acercamiento de presos. ¿Cree que el Gobierno debe hacer algún gesto en ese sentido?

El presidente del Euskadi Buru Batzar ya dijo, y yo lo reitero, que sería necesario y conveniente el acercamiento de los presos sin que eso formara parte de ninguna negociación política, porque se trata de un planteamiento de pura justicia y de aplicación de la ley, interpretándola desde el punto de vista más humanitario posible porque también se está penalizando a los familiares.

¿Cree que el Gobierno de Navarra debía participar en este proceso? ¿Cómo valora su actitud?

Pienso que es una actitud de cerrazón, siguiendo la estrategia que se le marca desde el PP. Pero sería importante en esta situación que puede resultar trascendental para todo Euskal Herria y para Navarra en particular, la implicación del sector social que representa UPN, actuando y exponiendo sus argumentos, porque es tan legítima su posición como la de los demás partidos. Es un planteamiento estrictamente democrático, y por eso pienso que UPN y CDN deberían reflexionar sobre su involucración activa en un proceso que es fundamental para solventar un tema clave en la vida de Navarra desde 1839, porque ha habido muchas vicisitudes, guerras y muertos como consecuencia del cierre en falso de ese proceso. Y es necesaria la participación de todos porque no puede darse la solución que se le dio en el siglo XIX, que una cúpula dirigente decida en nombre de todos los navarros.


Usted, como nacionalista vasco y como navarro, ¿qué siente cuando escucha que su partido y otros de ideología afín pretenden utilizar a Navarra como moneda de cambio y con fines ajenos a la voluntad de sus ciudadanos?

Es que son argumentos tan burdos y tan manipuladores que ya no se los cree la sociedad navarra, que cada vez es más madura. Son planteamientos que carecen de cualquier credibilidad, pero ellos insisten. Parten de una perversión, del concepto del poder que tiene el navarrismo históricamente, desde principios del siglo XX: que Navarra son ellos, cuando lo cierto es que es, cada vez menos, ellos, y sobre todo Navarra la componemos todos, todas las sensibilidades, todas las culturas, todas las procedencias, todas las personas. Eso hay que interiorizarlo y, partiendo de ahí, reconocer la diversidad. El nacionalismo no llegó a Navarra de la mano de cuatro zumbados de Vizcaya o de Guipúzcoa que venían a hacer un experimento, es obra de Arturo Campión, de Aranzadi, de Manuel de Irujo, que no son figuras ajenas. Y el navarrismo tiene que darse cuenta de una puñetera vez de que somos tan navarros como ellos, con la misma legitimidad para defender opciones distintas y para entender Navarra de forma distinta, entender de otra manera sus señas de identidad, pero de verdad. Porque claro, no puede hablar de la defensa de Navarra quien se está cargando sus fueros, su idioma y su cultura, es decir, quien está haciendo todo lo contrario, además desde posiciones de sometimiento y claudicación ante el Partido Popular y el poder central.

¿Diría que UPN está actuando conforme a intereses partidistas?

Evidentemente. Y que está actuando más con la bilis que con la cabeza.

¿No hay partidismo también entre quienes sí están participando en el proceso de paz? Porque no me negará que la situación es golosa.

Es un tema lo suficientemente importante y serio como para que actuemos con el máximo de altura de miras, porque es tanto lo que nos jugamos con esta oportunidad que se nos ha abierto y que será difícil que se pueda plantear en otra ocasión que no nos podemos permitir el lujo de desperdiciarla. Es que si cerramos ese problema, podremos actuar todos al unísono en Navarra, desde la pluralidad y la diversidad. Yo creo que merece la pena.

¿Es ésa la actitud que mantiene el PNV?

Sí, puede ser porque al tratarse de un partido que tiene muchos años, cuenta con una cultura por haber tenido que actuar en circunstancias parecidas. Puede haber una ambición, como decía usted, de actuar partidistamente, pero hay que matizarla de forma que se imponga la mesura, la inteligencia y también la discreción.



Lo cierto es que el presidente Rodríguez Zapatero ha elogiado la postura del PNV.

Bueno, eso puede tener varias lecturas, aquí también hay que ser cauteloso, je, je... Yo diría que esos halagos están muy bien, pero en todo caso nosotros tenemos marcados unos objetivos y unos ritmos en una hoja de ruta con planteamientos propios, muy claros, como para que nadie venga a verificar la idoneidad de nuestra posición.

¿Qué planteamiento va a llevar el PNV a la mesa de partidos?

Nuestros principios son nítidos, claros y conocidos: trabajamos desde hace 110 años por la unión de los tres territorios que conforman Euskal Herria en una única nación, y para nosotros Euskal Herria es un sujeto de decisión política, tiene derecho, como pueblo que es, a decidir su futuro. Ese será uno de los elementos fundamentales que introduciremos en la discusión. Pero ese es un planteamiento de principios que hay que matizarlo con el necesario contraste con la realidad actual, y la realidad jurídico política y social de cada uno de los ámbitos en los que está dividido Euskal Herria, la Comunidad Autónoma Vasca, los territorios vascos de Iparralde y Navarra nos lleva a proponer mesas para cada uno de esos ámbitos.
En ese sentido estamos de acuerdo con el planteamiento que se hizo en la Mesa de Egino, que apostó por mesas separadas en cada uno de los ámbitos jurídico políticos actuales. Y a esas mesas llevaríamos no tanto los temas competenciales, que eso quedaría para una segunda fase, sino lo que es el aspecto troncal, fundamental, del estatus político, con la concreción del derecho a decidir de que manera nos relacionamos: si Navarra mantiene su estatus actual, si se incorpora a un ente confederal de tres territorios con sus respectivos ámbitos jurídico políticos, o si opta por el incremento de las relaciones con el resto del País Vasco. Pero en cualquier caso lo que no tiene sentido es que actualmente, a pesar de que la mayoría de los navarros quiere que se incrementen las relaciones culturales, lingüísticas, comerciales, económicos, estemos levantando un muro.

A su juicio, ¿los partidos nacionalistas debían defender en la mesa una postura consensuada previamente?

Yo entiendo que ya hay una sintonía bastante fuerte en esta materia, porque al fin y al cabo es la base de la ideología nacionalista. ¿Acuerdos? Bueno, para nosotros, como Nafarroa Bai, no sería muy difícil alcanzarlos. ¿Con Batasuna? Aún estamos pendientes de que nos den a conocer sus planteamientos. Parece que se inclinan más por una mesa de todo Euskal Herria, y eso es, para nosotros, absolutamente inoperativo, porque eso refuerza la idea del navarrismo de que el futuro de Navarra va a decidirse fuera. No, no, el futuro de Navarra se debe decidir en Navarra, exclusivamente.

Algunos consideran que el PNV tiene poco que decir dada su escasa representatividad en Navarra, una situación que se viene manteniendo desde hace ya muchos años.

Hombre, en general, el nacionalismo vasco siempre ha tenido una cota en torno al 30% del electorado, y nosotros, como partido, sufrimos una escisión que fue traumática, en la que se cometieron errores graves que están afectando a la relación entre fuerzas que debían tener un grado de sintonía más alto. Se ha pasado un periodo de incomunicación entre Eusko Alkartasuna y el PNV, pero en estos momentos estamos colaborando en Nafarroa Bai y en el Parlamento, la relación es fluida, puede haber desencuentros, lógicamente, pero como con cualquier otra fuerza política. El grado de sintonía es suficiente como parareflexionar conjuntamente y acordar cosas concretas. Lo mismo sucede con Aralar y con Batzarre. Pero fuera del ámbito nacionalista también colaboramos con el Partido Socialista, no sólo colaborando, también negociando proyectos como el Parque tecnológico de Artes Graficas en Estella.

Estos días ha surgido una polémica en el seno de Nafarroa Bai, precisamente entre el PNV y EA. ¿Cómo las interpreta el PNV?

Yo las sitúo en el cierre de los acuerdos para materializar lo que son las bases políticas y organizativas de Nafarroa Bai. Nosotros queremos ser discretos, salvar esas diferencias lo antes posible y tratar de que se haga realidad el objetivo de cerrar el proceso en el mes de junio. Y debe tenerse en cuenta que articular una coalición es algo muy complejo, son cuatro partidos con culturas políticas diferentes y planteamientos en ocasiones contrapuestos, con un grado de relación que era normal, aunque no excesivamente fluido. Vamos, que hemos tenido que recorrer un camino.

Pues tal y como lo cuenta, parece que no va a ser muy fácil.

Es que en este tiempo se ha hablado sinceramente, y cuando se habla de esa manera los acuerdos tienen otro tipo de argamasa. Yo estoy muy satisfecho de cómo se han hecho las cosas. Repito que las diferencias son las lógicas que pueden surgir entre dos partidos, pero en esta coyuntura y con un objetivo final claro, que el lograr el cambio en el Gobierno de Navarra, nos pondremos de acuerdo rapidísimamente.

Eusko Alkatasuna ha invitado a Batasuna a integrarse en Nafarroa Bai. ¿Comparte esa iniciativa?

Nafarroa Bai está abierto a otras incorporaciones. En octubre se dirigieron invitaciones a Izquierda Unida y Batasuna, que optaron por no integrarse. En marzo de 2004, con motivo de las elecciones generales, también se mantuvieron conversaciones entre Nafarroa Bai y Batasuna que no fructificaron, y tuvimos que sufrir entonces ataques desproporcionados pintadas, cartas personales... y más recientemente se han dedicado a descalificar a Nafarroa Bai como proyecto político gente como Joseba Permach o Pernando Barrena. Entiendo que quien hace esto no está en una línea de acercamiento o de colaboración.

"La crisis de VW es la punta del iceberg de un problema de fondo"

El presidente del nbb advierte de que la carencia de un tejido industrial propio condiciona el futuro

¿Cree que la desaparición de la violencia propiciará que el debate político deje de centrarse en el terrorismo y todo lo que lleva consigo para ocuparse de otras cuestiones que también preocupan a los ciudadanos?

Muchas veces da la sensación de que el intento de determinadas fuerzas políticas, y también del Gobierno de Miguel Sanz, de presentar al nacionalismo como una amenaza para Navarra tiene la finalidad de ocultar el problema de fondo, del que ahora vemos con Volkswagen la punta del iceberg. Si no es así, cómo pueden decir que el conflicto está generado por una estrategia de los sindicatos vascos cuando la representatividad de los sindicatos abertzales es la que es, porque está LAB. ELA no tiene delegados. Me preocupa esa utilización, pero aún me preocupa más que ante un problema como el de Volkswagen el Gobierno de Navarra se inhiba, como si fuese algo que atañe exclusivamente a empresa y trabajadores.

Pero es que, en el fondo, así es. ¿Qué debía haber hecho, a su juicio, el Gobierno?

En primer lugar, informar a los sindicatos sobre la situación real de la empresa, y no lo ha hecho. En segundo lugar, intermediar con la empresa al margen de actos protocolarios y de gestos para la galería o de autobombo, como fue la estancia de Miguel Sanz en Alemania para traer la nave de pintura. La situación, y las negociaciones, tienen que ser de muchísimo más calado. Es decir, si hay un problema de I+D propio para la planta de Landaben, dótese, negóciese con Volkswagen el cambio del Polo, un coche ya obsoleto, de poco valor añadido y sobre el cual la representación de los costos salariales es mucho mayor que sobre otro tipo de modelos, por otro vehículo, porque yo creo que Navarra sigue siendo competitiva en el sector de la automoción, pero hay que hacerla más competitiva todavía.

Decía antes que Volkswagen es sólo la punta del iceberg. ¿Qué es lo que no vemos todavía?

El de Volkswagen es un problema que puede afectar a 20 o 25.000 familias, luego ya estamos hablando de algo muy grave. Pero es una consecuencia de la ausencia de un modelo industrial para Navarra, no hay una política industrial. El Gobierno ha hecho una política de escaparate, yendo a un planteamiento fácil y liberal que consiste en poner a disposición de empresas multinacionales suelo barato, ayudas fiscales a la inversión y una propaganda que nos presenta a los navarros como trabajadores y dóciles. Las multinacionales son importantes, qué duda cabe, pero junto a ellas debe haber un tejido industrial propio, y eso es lo que echamos en falta.

¿Responsabiliza al Gobierno de la situación?

El Gobierno tenía que fomentar como un valor positivo el hecho de emprender y de ser empresario, porque generan riqueza y bienestar, pero en lugar de hacerse eso se ha fomentado la cultura del crecimiento rápido. Basta con mirar las estadísticas, un informe del año 2002 del Consejo Superior de Cámaras de España recoge en número de empresas creadas en cada comunidad autónoma, y Navarra está a la cola. También analiza el tipo de empresas que se crean, y las pocas que se han creado no son productivas, sino de servicios y, sobre todo, en el ámbito especulativo: de intermediación financiera, de intermediación inmobiliaria. Son empresas que no crean riqueza, y eso no puede sustentar una economía, lo que hacen falta son empresas productivas que generen valor y empleo, que investiguen y que ganen dinero, evidentemente. Como no hay una política industrial, el esfuerzo inversor en I+D con respecto al PIB, que en Navarra es del 1,3 o 1,4, es inferior al de Cataluña o la Comunidad Autónoma Vasca, donde está en el 1,7 o 1,8, sin olvidar que en los países más avanzados de la Unión Europea están en el tres y pico.

¿Apuesta el PNV por una planificación industrial a largo plazo para Navarra?

Sí, sería muy importante contar con una política industrial planificada a varios años vista que diversifique la actividad empresarial en el territorio. Pero además el Gobierno debe diseñar planes agresivos que favorezcan las iniciativas empresariales en Navarra con apoyo específico a las pequeñas empresas que muchas veces no tienen ni recursos ni dimensión para atender aspectos como la I+D, salida al exterior, que son fundamentales. Es que si contamos con un tejido industrial propio, vamos a aguantar los momentos de crisis mejor que si estamos dependiendo de empresas que vienen del exterior, y en estos momentos, de las diez mayores empresas asentadas aquí, siete tienen sus centros de decisión fuera de Navarra. Y hay cosas que son una locura, porque UPN, que pretende erigirse en el defensor a ultranza de los intereses de Navarra y de sus ciudadanos, cosa que es una falacia, deja que la sede social del Canal de Navarra esté en Zaragoza. Dice que es porque en Zaragoza tributa menos, bueno, pues según ese planteamiento, que se la lleven a las islas Caimán, allí aún tributaría menos.

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José Ángel Agirrebengoa

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