Sala de Prensa

24/11/2021

Desmontemos los discursos de odio contra las mujeres

El #25N que hoy recordamos y reivindicamos en Nafarroa y en el resto del mundo tiene su origen en la lucha contra una dictadura. Una dictadura que como todas, no tuvo en cuenta el papel de la mujer, ni dentro ni fuera del ámbito político e institucional. Artículo de nuestra Burukide Blanca Regúlez Álvarez en Diario de Noticias.

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Desmontemos los discursos de odio contra las mujeres

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República Dominicana en 1981, en plena dictadura de Trujillo.  Ahí empezó todo.  Los movimientos feministas de la región, con una de las tasas más altas de feminicidios, acuñaron esa fecha en honor a las  dominicanas Minerva, Patria y María Teresa Mirabal, tres hermanas asesinadas el 25 de noviembre de 1960 por orden del dictador Rafael Leónidas Trujillo, del cual eran opositoras. Unos años más tarde, en 1999, la ONU se sumó a la jornada reivindicativa y declaró cada 25 de noviembre Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, en honor a las hermanas Mirabal.

Hoy vemos con asombro como el discurso de la ultraderecha, esa ultraderecha que no nos engañemos, está muy cerca de la mentalidad del dictador Trujillo, sigue señalando y atacando la causa feminista y la causa por la igualdad. Ellos, como Vox, señalan y otros actúan.

En el último 8 de marzo ya vimos ataques a los símbolos de la lucha por la igualdad de las mujeres, ataques a murales u otros homenajes, que marcaron la jornada de lucha.

Los ataques al movimiento feminista no son nuevos, pero en el último 8 de marzo se desató una ola de acciones en torno a la fecha más simbólica para la lucha en favor de los derechos de las mujeres. Todo ello en un escenario político muy polarizado y azuzado por el negacionismo de la violencia machista de Vox y el continuo cuestionamiento que hace la formación de extrema derecha del feminismo. No solo en términos de veto a las políticas de igualdad de género desde las instituciones, a las que entró por primera vez hace algo más de dos años, sino también en lo que se refiere a erigirse como altavoz del antifeminismo.

Acciones que vienen precedidas de un clima de legitimación de los discursos de odio por parte de la extrema derecha. Esperemos que en este 25 de noviembre el odio desaparezca de nuestras calles.

Desde la clase política y desde las instituciones debemos concienciar, sensibilizar y dar ejemplo. Las mujeres vamos dando pasos en la política y vamos ocupando, poco a poco  y cada vez más, esferas hasta hace poco vetadas para nosotras, tanto en las instituciones como en las grandes empresas. Por eso, es vital que desde las tribunas defendamos nuestros derechos contra la violencia machista, contra la violencia de género.

Por desgracia, algunas mujeres en los parlamentos e instituciones hacen política xenófoba, misógina o colonial. En política necesitamos personas, hombres y mujeres, concienciadas en la igualdad, dotadas de todos los recursos necesarios y que reciban el apoyo de todos los espacios institucionales para hacer política feminista. Somos prescriptores/as de nuestras formaciones y coaliciones, un espejo para la sociedad y debemos dar ejemplo siempre.

Por eso, es fundamental qué desde las instituciones, desde las tribunas y los atriles, desmontemos los discursos del odio a la mujer, también del odio a lo diferente. Debemos combatir y deconstruir el machismo estructural e  institucional.

El 25 de noviembre de 1960, los cuerpos de las hermanas Mirabal eran hallados, en el interior de un vehículo hundido en un barranco, en Salcedo (República Dominicana). Horas antes, las tres mujeres, activas opositoras contra el régimen de Trujillo, habían sido asesinadas por un escuadrón enviado por el dictador. Los mercenarios del dictador las mataron a golpes y las metieron dentro del vehículo para simular un accidente. Pero nunca hubo duda de que se trataba de un crimen. Y el asesinato de las hermanas Mirabal, conocidas como “las mariposas”, fue uno de los detonantes de la caída de Trujillo.

Como las hermanas Mirabal miles de mujeres son al cabo de cada día en todo el mundo, agredidas, torturadas, violadas, amenazadas, coaccionadas, invisibilizadas, secuestradas y asesinadas por quienes no conciben a la mujer como persona con entidad propia, independiente y capaz de asumir las riendas de sus vidas sin la necesidad de ser tuteladas por un hombre o una comunidad.

Mujeres que, si no dejan la vida en el intento, son supervivientes de esa violencia machista que han sufrido, que necesitan de todo nuestro apoyo y de nuestras voces públicas para denunciar todas esas políticas públicas y privadas que no ayudan a crear una sociedad en la que no haya sitio para la violencia contra las mujeres y en la que los discursos de odio contra cualquier acción positiva para eliminarla en la sociedad  desaparezcan de la forma más demócrata que existe y que es con su caída en las urnas,  y por tanto, en sus salida de las instituciones democráticas,

Alcemos la voz públicamente, se lo debemos, nos lo debemos.

La autora es Blanca Regúlez Álvarez, parlamentaria foral de Geroa Bai y Burukide de EAJ-PNV Nafarroa

 

 

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Parlamento de Navarra